Aún con los recuerdos en nuestra retina, de la última carrera que disfrutamos en Jaén, en el pueblo de Albanchez de Mágina, realizamos esta entrevista a Ingrid Ruiz, la actual campeona de España de la especialidad de kilómetro vertical.

Día invernal, pero soleado, y con gran incertidumbre entre los corredores por la primera de la temporada y entre las chicas, destacaba, la catalana Ruiz que iba como un tiro hacia arriba, hacia la cima del Pico Aznaitín a 1.745 metros de altura.

Paró el crono en 41’58’ y aún recordamos sus palabras tras coronar: ‘Tenía muchas dudas de cómo podría afrontar este kilómetro vertical pero finalmente ha ido todo bien. Estoy sorprendida de mi resultado y muy contenta. En las últimas semanas he preparado mucho la fuerza para afrontar este KV. No termino de creerme ser Campeona de España, pero muy feliz’.

Retomando esas palabras del 7 de marzo, y habiendo pasado más de 3 semanas, aprovechamos para enlazar con la siguiente entrevista hablando de temas actuales que tanto nos afectan.

La temporada había comenzado muy bien: Campeona de España de Kilómetro Vertical. ¿Qué significa este triunfo al inicio de temporada?

La verdad que fue increíble. Lo había trabajado. El año pasado me inicié en esto de los KV y me gustó, pero no lo preparé específicamente. Este año, con mi entrenador, Rafa Flores, decidimos prepararlo, sobretodo teniendo en cuenta que era la primera prueba del calendario y, por lo tanto, me permitía dedicarle más tiempo que si hubiese sido a media temporada. Tenías muchas ganas de correr aunque no estaba muy segura de mi estado de forma porque al ser la primera carrera de la temporada, tampoco me había podido probar. Iba con muchas dudas pero con muchas ganas. Me lo pasé genial haciendo los entrenamientos específicos para el vertical y pocos días antes le comentaba a Rafa que me daba igual el resultado, que había disfrutado tanto el camino hasta allí que, saliese lo que saliese, ya era una victoria. Parece que sea muy presuntuoso pero es así: me encantaron los entrenamientos específicos para KV.

Por otro lado, también me estrené con la selección catalana de carreras por montaña, así que todo era como muy “ilusionante” en general (risas). Vamos, que iba hacia Jaen como una niña pequeña que va por primera vez a un parque de atracciones. No me imaginaba para nada ganar, si tengo que ser sincera. Así que fue increíble cuando lo conseguí, la verdad. Y, si tengo que seguir siendo sincera, es como que no soy consciente (y la situación actual contribuye a ello, claro).

La crisis sanitaria mundial provocada por el Covid-19 ha hecho que todos tengáis que parar en seco. Ahora queda retocar vuestro calendario de carreras. ¿Cómo crees que quedará?

La verdad que no tengo ni la más mínima idea. Es algo que me pone nerviosa no tanto por no saber cuando podremos reenganchar, sino por si realmente podré hacerlo. Es decir, me da bastante miedo perder la forma física estas semanas. Todo esto si hablamos del ámbito deportivo. Obviamente, ahora hay cosas que me preocupan muchísimo más: la situación sanitaria me angustia mucho, tengo personas a mi alrededor que son muy vulnerables y me preocupa mucho más esto (y la crisis sanitaria en general, por supuesto) que cuando podamos volver a los objetivos deportivos. Aunque tampoco puedo negar esos nervios por mantener mínimamente la forma.

¿Cuál era tu principal objetivo este año? ¿Lo ves todavía viable?

Mi principal objetivo era poder hacer las Copas de España FEDME en Línea y Vertical. La temporada pasada no pude puntuar en línea porque me lesioné a falta de dos pruebas y la vertical la terminé muy justita ya que en Canfranc estaba pasando un mal momento de salud. Tenía ganas de quitarme la espinita con las dos modalidades y hacerlas disfrutándolas al máximo. ¿Viable? Bueno, habrá que ver cuando se acaba esta situación y como se reorganizan los calendarios…

¿Cómo crees que será la vuelta a la competición? Como te lo imaginas.

La vuelta a la competición creo que será rara, como poco (risas). Es decir, creo que las sensaciones serán como las de marzo pero será julio o agosto. Creo que cuando podamos volver a competir todos iremos a ciegas como vamos siempre a principio de temporada, solo que unos meses más tarde. Solo espero que desde que se levante el confinamiento y vuelva la situación a la normalidad y el inicio de las carreras, haya un período de tiempo para volver a asimilar entrenamientos y rutinas porque sino, si que puede ser un desastre.

Sabemos que estás entrenando en casa: rodillo, cinta, elíptica… Pero, ¿es suficiente?

Por suerte, en casa tengo rodillo y cinta. La verdad que el día antes del confinamiento, no sé por qué, me iluminé y pensé que esto podía ir para muy largo y me busqué la vida para conseguir una cinta. Es muy sencilla, no me permite llevar ritmos altos ni hacer desnivel pero por lo menos puedo correr algo –cosa que agradezco muchísimo­–. Suficiente no es, está claro, si lo que pretendemos es que cuando se acabe el confinamiento podamos salir a competir como si nada hubiese pasado. Ahora bien, para mantener un mínimo estado de forma creo –y quiero pensar– que sí. En cualquier caso, para lo que sí es suficiente es para desconectar un ratito al día.

Soy muy sentida con las crisis sociales en general y me está costando mucho llevarlo. La verdad que me angustio un montón, me cuesta hacer el teletrabajo porque no paro de mirar las noticias, las últimas actualizaciones de datos, las redes sociales, etc. Y la cabeza no está en su sitio para nada. Te engañaría si no te dijese que me pasaría el día llorando, pero no por no entrenar, sino porque la sensación de impotencia puede conmigo. Me imagino que todos los que no somos del ámbito de los profesionales que pueden hacer algo efectivo estos días, nos sentimos más o menos igual. Entrenar, en este caso, ya sea en cinta, rodillo, con funcionales… me está sirviendo para tener ese ratito de desconexión: de dejar el móvil, las redes… y quemar toda esa frustración e impotencia.

¿Cuál es el mensaje que lanzas a los aficionados de la montaña en este momento?

La verdad que no me considero nadie para aconsejar… pero si tuviese que decirle algo a los aficionados de la montaña –bueno, y a la población en general– es que tenemos que pensar: no todo en la vida es tan importante. Me explico. Yo soy profesora de Secundaria y actualmente trabajo en una escuela de adultos. Tengo muchos compañeros –profesores– y alumnos preocupados por los temarios, las evaluaciones, el desarrollo del curso… ¿es esto importante? Sinceramente, creo que no. Tenemos que entender, aunque no queramos porque no es fácil admitirlo, porque entonces hay que asimilarlo y eso ya cuesta más, que estamos en una situación extraordinaria. Que esto, la mayoría de nosotros, no lo habíamos visto –y espero que no lo volvamos a ver– nunca. Estamos asistiendo a la historia: la historia de una guerra biológica –he cogido por costumbre de llamarle la tercera guerra mundial con el enemigo invisible–.

¿Es tan importante seguir con los temarios, en mi ámbito profesional, o con los entrenos y las carreras? Pues es duro, pero creo que tenemos que decir que no. Existen personas muriendo. Hay personas enfermando y sufriendo de verdad. Otras en cambio están trabajando duro en los hospitales, y tomando decisiones muy duras minuto tras minuto. No me parece justo que nos preocupemos ni por temarios, ni por entrenos ni por carreras. Dentro de diez años miraremos atrás, seguramente desde las montañas, y recordaremos que el año 2020 fue un año de paréntesis, un año en el que se paró absolutamente todo. Nadie recordará que no pudo entrenar o que no acabó el tema 3 de historia.

Creo que tenemos que relativizar y como ya han dicho muchos estos días: las montañas están y van a estar ahí. No hay que obsesionarse, volveremos a ellas, como volveremos a las clases, pero ahora la prioridad tiene que ser otra: la salud generalizada. Y si para ello debemos quedarnos en casa –aunque no hagas daño a nadie por ir a la montaña tu solo, etc…– pues creo que debemos ser suficientemente responsables como ciudadanos de una sociedad como para hacerlo y sin refunfuñar y pataletas –que más de una se ha visto por las redes–. Las montañas nos van a esperar el tiempo que haga falta. Ahora lo esencial es cuidarnos para cuidar a los más vulnerables. Bueno, por último, lo que si les digo a los aficionados a la montaña es que espero que nos veamos lo más pronto posible y si es en ellas mejor!

 

Foto: Roger Salanova

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