Fotos: Liga de Senderismo FEDME / Guardia Civil / Archivo de Antonio Castillo Rodríguez
Los presupuestos del Estado de 2024, una oportunidad para impulsar un II Plan Nacional de Refugios de Montaña.
Por su carácter de instalación deportiva y a la vez de servicio público, los Refugios de Montaña deben recibir inversiones por parte del Estado a través de los Presupuestos Generales del Estado.
Los refugios de montaña guardados son instalaciones deportivas al servicio de montañismo.
Resultan imprescindibles como base para realizar actividades deportivas con seguridad, ofrecen tareas de apoyo e información al montañismo y son básicos en las tareas de rescate en caso de accidente. Los refugios realizan funciones de alojamiento y manutención, de servicio público y se enmarcan en el desarrollo rural de los territorios, pero fundamentalmente se trata instalaciones deportivas que sirven a quienes realizan montañismo, escalada, senderismo, esquí, barranquismo, carreras, etc., al igual que un pabellón deportivo o una piscina sirven a quienes practican otros deportes.
Actualmente, practican senderismo y deportes de montaña en nuestro país alrededor de 7,5 millones de españoles y españolas, según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD), de los cuales más de 280.000 personas cuentan con credencial federativa.
Ello ha permitido que la influencia y el impacto del senderismo y los deportes de montaña reviertan no sólo en número de deportistas, clubes y éxitos deportivos, sino sobre todo en términos de desarrollo económico y social en las áreas de montaña y los espacios naturales, estimándose que hoy en nuestro país se realizan 120 millones de desplazamientos al año para la práctica de estos deportes, suponiendo estos un impacto económico de alrededor de 7.200 millones de euros.
Hace cien años comenzaron a construirse refugios de montaña en nuestras más importantes cordilleras por clubes históricos y por la propia Federación Española de Montañismo. Hoy día, en la mayoría de los casos, son gestionados por las federaciones autonómicas de montañismo alcanzando unas 250.000 pernoctaciones en 2023, de las que un 70% se refieren a personas no federadas, que se acercan a los refugios llevadas por las rutas de montaña, escalada o esquí o atraídas por el enclave natural en que se encuentran.
Los Refugios españoles, al igual que sus homólogos europeos, sienten ahora de manera especialmente intensa la emergencia climática y la necesidad de adaptación a las nuevas tecnologías. Todos han de transformarse en instalaciones sostenibles, con renovación de sus sistemas de energía, aislamientos, gestión de agua y residuos, etc.
En 1991 se impulsó el I Plan Nacional de Refugios de Montaña, gracias al interés y la aportación económica del Consejo Superior de Deportes. Han transcurrido más de 30 años y es momento de reeditar aquel interés y aquel apoyo.
Por su carácter de instalación deportiva y a la vez de servicio público, los Refugios de Montaña deben recibir inversiones por parte del Estado a través de los Presupuestos Generales del Estado. Y la oportunidad la tenemos ahora en la elaboración de los presupuestos del Estado para 2024. Se trata, como en el resto de Europa, de una necesidad.
Esperemos que los partidos políticos sean sensibles a esta demanda que haría posible una renovación de las instalaciones, 30 años después de que el Consejo Superior de Deportes impulsase el I Plan Nacional de Refugios de Montaña.