Me llamo Nil Alcubilla, nací en el 96. Soy casi matemático y casi bombero.
Digo casi, porque me quedaba medio curso de la carrera de matemáticas cuando me saqué la oposición de Bombers de la Generalitat, y ahora me quedan pocos meses para terminar la formación.
Empecé en esto de la montaña con mi padre, un auténtico apasionado del monte. De pequeño me llevaba a escalar unas piedras que hay cerca del pueblo, y siendo un chaval se nos ocurrió la idea de cruzar el Pirineo a pata. Estuvimos 21 días y tuve mucho tiempo para pensar, observando todas las tapias que vi se me pusieron los ojos como platos y dije: “Yo ya no pateo más, ¡quiero escalar!”, y desde entonces que prácticamente no hago otra cosa.
¿Cuál es tu patio de juegos habitual? ¿Donde acostumbras a entrenar o hacer más actividad?
Me flipa Montrebei, con Bernat estuvimos un par de años yendo muy a menudo… Ahora me arrepiento, porque ya me quedan pocas que me motiven. También me encanta los Alpes, hemos hecho bastantes viajes yendo muy de tirados y la verdad es que ahí es donde aprendí a dar un poco el callo, escalando en la sur de l’Aiguille du Fou, el Grand Capucin, el Dru…
Montserrat también mola, pero hay que ir rodado para hacer las chungas y nos acaba costando bastante encontrar el punto álgido de motivación-nivel para acometer algunas ideas que tenemos en mente…
Por cierto, hablo en plural porque casi siempre que pienso en escalar vías largas o alpinadas pienso en Bernat, ya que las he hecho prácticamente todas con él y es con quien aprendí a ello.
Lugar favorito para hacer alpinismo.
Sin duda Pirineos es brutal. Gavarnie es increíble y poder escalar los 3 muros en el día era una cosa que me tenía bastante obsesionado desde que supe de su existencia. Mi padre ya imaginó esa posibilidad incluso antes que Julien lo llevara a cabo. Eso siempre me ha fascinado.
Picos de Europa, aunque sea alpinismo de secano también mola, hay unos sitios brutales muy alejados del bullicio y de los #hashtags para disfrutar a otro ritmo con los colegas.
Alpes, y el macizo del Montblanc en especial, es para mí el patio de los grandes y escalar hielo en el arco alpino es tremendamente fanático, especialmente algunas cascadas en concreto… Je,je,je
Ah, años más tarde mi padre consiguió escalar los tres muros con otro de mis buenos amigos de escalada: Albert Salvadó.
¿Cuál es la actividad alpina de la que estés más orgulloso o más te haya marcado de las que has hecho con el equipo y porque?
Pues en el Tournier nos dimos una buena paliza, y yo como soy un friki no quería agarrarme a nada, total que ya me ves con las botas en los pies y el piano a la chepa poniendo algún que otro talón. El sheriff flipaba y se reía de mí.
Quizás la que más me haya marcado fue cuando escalamos la Beta Block Super con el Jabalí de Binéfar y Bernat. Teníamos intención de escalar Alpha Säule, y justo se bifurcan al pie del churraspio de la beta Block. A mi me daba miedo hasta estar debajo de esa estructura, pero Rubén lo vio más que claro y acabamos los 3 encaramados al tema. Se me quedó la boca bien seca, ¡y eso que fui de segundo!
En Montrebei, escalamos la Arrels del cel y al día siguiente la Homo Tapiens… Creo que nunca he estado tan hecho polvo como cuando llegué al coche ese día… Y lo peor: ¡me volví a caer en ese largo de la Homo Tapiens!
De hecho voy pensando y no me puedo quedar con una ni con dos escaladas, todas las que hemos hecho con el equipo han sido «acojonantes», desde el Wenden al Picu , desde Kandersteg a Montsant. Tengo un gran recuerdo de todos los días compartidos y con lo que me quedo es con la piña que hemos hecho a pesar de mucha mala meteorología e indisposiciones varias tales como oposiciones, exámenes y demás.
Pieza favorita de la equipación.
Me gusta el Gore-tex, es un poco doble y poco maleable pero no me gusta mojarme y para grandes courses me parece bastante bueno. La camiseta técnica transpirable va muy bien para las aproximaciones ya que sudas a cascoporro y ni se moja, a parte no pesa y es como si no llevara nada.
Eco consejo:
Quizás la idea fundamental que mi padre me inculcó de pequeño es que hay que adaptarse al medio y no adaptar el medio a nosotros. Estamos llenos de imperfecciones y debilidades y rebajar el nivel de una vía, de un itinerario o de una pared a nuestro antojo es eso: debilitarlo y empobrecerlo. Yo procuro en la medida de lo posible adaptarme al medio e intento mantenerlo tal y como está. Y si no me podemos subir, pues nos bajamos. Ya volveremos cuando seamos más fuertes o más valientes, y sino que lo haga otro.
#Somos parte del problema, somos parte de la solución
Nil Alcubilla – Ecoembajador del Proyecto Libera