No es la primera vez que se reconoce tal distinción a un refugio de montaña, y en su II edición en el 2014, los refugios de El Forcau-Angel Orús y Lizara, de la Federación Aragonesa de Montañismo fueron distinguidos por la implantación de un sistema de gestión ambiental “ISO 14001”.

Para constatar el cumplimiento de los requisitos del sistema deben certificarse mediante auditorias internas y externas de forma periódica. En el momento de dicho reconocimiento llevaban diez años adscritos a dicha norma y a día de hoy lo siguen manteniendo.

El refugio de Collado Jermoso de la Federación Castellano-Leonesa, no está adherido a ninguna norma de calidad, pero su concepto de como debe gestionarse ambientalmente es un referente para los actuales refugios de montaña. La capacidad de alojamiento es de unas 30 personas, no siendo uno de los mas grandes en el conjunto del estado español, pero donde queremos detenernos y fijar nuestra atención son las de tipo ambiental, fruto en gran medida del lugar donde se encuentra ubicado.

Es difícil mesurar en términos de porcentaje la sustentabilidad del refugio, pues va en consonancia a la disponibilidad de los días de luz, no resultando descabellado afirmar que el refugio es sostenible en un 75%.

El empleo del diesel es casi testimonial, la energía eléctrica proviene de fuentes limpias a través de una mini central hidroeléctrica y paneles solares, siendo posteriormente almacenada en acumuladores de baterías que aseguran el abastecimiento al  sistema de alumbrado de bajo consumo mediante luces de tipo leds.

El combustible empleado para la calefacción es de tipo pellets, considerados como fuentes renovables a base de restos de madera con alto poder calorífico. Igualmente cuenta con un sistema selectivo de segregación y minimización de residuos.

Quizás una de las medidas que mas llama la atención está enfocada en la reducción del consumo de agua con la implantación de servicios ecológicos, donde los detritus son transportados a la parte trasera del refugio, que tras la separación de líquidos y sólidos, éstos tendrán un tratamiento con lombrices y los restos cenizas de pellets, en el que transcurrido un tiempo, son transformados en materia orgánica y posteriormente empleado como abono en la restauración del suelo en zonas aledañas al refugio.

El conjunto de las medidas anteriormente descritas, reducen significativamente la huella de carbono y el consabido efecto invernadero, poniendo en práctica la principal regla de la sostenibilidad, “las 3R´s”, Reduce, Recicla, Reutiliza.