España no es únicamente un destino privilegiado de playas de fina arena, cálidas temperaturas, buena comida, sangría y fiesta. Una tierra de historia y de leyenda que es también un destino único de paisajes contrapuestos: de semidesérticas  áreas al pie de la mar hasta el altiplano sembrado de castillos y encinares, de escarpadas cordilleras y angostos desfiladeros hasta frondosos bosques, islas azotadas por los alisios y un sinfín de muestras de la naturaleza que han hecho que a día de hoy el número de espacios protegidos sea superior a 1.900 (en distintos grados de protección) suponiendo más de un 12,90% del territorio sometido a distintos niveles de protección (Europarc-España, 2014), en un país con un porcentaje montañoso superior al 70% y con alturas destacadas en distintas cordilleras que alcanzan los 3404 msnm del Aneto en los Pirineos, los 3478,6 msnm del Mulhacén en Sierra Nevada o los 3718 del Teide en Tenerife.

Esos niveles de protección, así como el aumento de la concienciación medioambiental de la población y de las autoridades afecta de lleno a la práctica de los distintos deportes de montaña: escalada, esquí, alpinismo-montañismo, carreras por montaña, barranquismo, etc.

La particular organización política del estado español, con 17 regiones autónomas con plenas competencias políticas y legislativas en áreas como turismo, seguridad, montes y medioambiente (entre otras), hace que no sea sencillo mantener una situación homogénea en la defensa de la libertad de acceso en todo el territorio.

 

El papel de la FEDME.

La  Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, FEDME, a la cabeza de las Federaciones Autonómicas, realiza una labor de coordinación y punta de lanza de unas relaciones con las autoridades medioambientales que, en muchos casos y dada la cercanía con los gobiernos regionales, se apoyan en las relaciones personales.

Ante la situación de dispersión de las distintas normativas sobre protección medioambiental y el trato que en ellas se estaba dando a los deportes de montaña la FEDME, de la mano de la Federación Canaria y el Parque Nacional del Teide organizó en diciembre de 1999 el que sería I Seminario de Espacios Naturales Protegidos y Deportes de montaña. Un foro donde responsables medioambientales y federativos, así como destacados expertos pudiesen hablar, presentar los problemas que afectan a los colectivos y llegar, en su caso, a soluciones de consenso.  Esta experiencia y apuesta por el diálogo y el consenso ha traído consigo la celebración de siete ediciones más del Seminario (el octavo está en proceso de organización para este año 2017) con importantes acuerdos en áreas como la seguridad, el senderismo y el desarrollo rural, un celebrado documento sobre terminología que es utilizado en la redacción de las regulaciones de los espacios protegidos y, sobre todo, ha supuesto un cambio en la percepción de los deportes de montaña por parte de los responsables medioambientales.

Incremento de la cooperación y coordinación.

La evolución de las relaciones entre las autoridades medioambientales y los representantes federativos ha evolucionado (no siempre de manera lineal y continua) desde la prohibición hasta la regulación de la actividad por acuerdo entre las partes. Tres casos que pueden ponerse como ejemplo de la posibilidad de acuerdo y que afectan a diferentes deportes de montaña: el acuerdo de barranquismo para el Parque Natural de los Cañones de Guara, los acuerdos de escalada en el Parque Natural Peñón de Ifach y el Parque Natural de Urquiola, así como la redacción de la guía de buenas prácticas para la organización de carreras por montaña en Espacios Naturales.

Barranquismo en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, (Aragón).

La declaración del área de la Sierra y Cañones de Guara como Parque Natural en Aragón y la progresiva utilización de los rios para la práctica del Barranquismo hizo necesaria la búsqueda de un consenso que permitiese la unión de intereses entre la práctica del Barranquismo y la protección del medio natural.

Con un estudio medioambiental previo que sirvió como base la Federación Aragonesa de Montaña (FAM), empresarios de actividades de tiempo libre (aventura), guías de barranquismo, así como responsables municipales y del Gobierno de Aragón buscaron una fórmula que pudiese garantizar la práctica de este deporte con la conservación del medio. El acuerdo no buscaba únicamente establecer los barrancos que podían utilizarse sino que se llegó a una completa regulación en la que se establecían que barrancos podían bajarse y las condiciones de hacerlo según la época del año, se establecía el tamaño de los grupos idóneo en función del barranco y época del año, así como la frecuencia de entrada al barranco y material mínimo a utilizar.

Regulación de la  Escalada en los Parques Naturales del Peñón de Ifach (Alicante- Comunidad de Valencia) y Parque Natural de Urquiola (Vizcaya, País Vasco).

Son estos dos claros ejemplos de regulación de la escalada tras la declaración del espacio natural como protegido.

Tanto las paredes de Urquiola como el peñón de Ifach son destino habitual de los escaladores de la zona. Con la declaración de los espacios como Parque Natural, las Federaciones expusieron la necesidad de avanzar hacia una regulación de la práctica que evitase la prohibición total y cese de la actividad en estos lugares tradicionales y emblemáticos para la práctica de la escalada. Una vez más las negociaciones con los responsables  medioambientales buscaban más que la mera autorización de la actividad y se contemplaron aspectos como la autorización para la apertura de nuevas vías o reequipamientos, la organización de competiciones y la limitación de áreas en función de criterios de presencia de aves y épocas de nidificación.

Guía de Buenas prácticas para la organización de Carreras por Montaña en Espacios Naturales.

Durante la celebración del Congreso Internacional de Montañismo CIMA2015 se puso de manifiesto el incremento constante del número de Carreras por Montaña y organizadas así como del número de participantes y creciente interés que este tipo de actividad tiene en la sociedad en general. Una de las conclusiones del congreso fue, precisamente, la necesidad de buscar un consenso y unas pautas para organizar Carreras por Montaña en Espacios Protegidos. La Federación Española de Montaña y Europarc-España, con la participación de diversos expertos medioambientales asumieron el compromiso de desarrollar una Guía de Buenas Practicas que sirva de base para la organización de estos eventos con especial cuidado al medio natural ya que tiene en cuenta las distintas afecciones que podrían ocurrir, tipos de terreno y senderos por donde discurrir la prueba, horario de las mismas, contaminación (basuras, sonido), disposición de la organización y público, etc.

Ley de Senderos de Andalucía.

La Comunidad Autónoma de Andalucía ha dado rango de Ley (Abril 2017) a la regulación que pone las bases para ordenar la señalización y homologación de los senderos y busca compatibilizar los usos de los mismos en beneficio de un mayor desarrollo económico de la zona al mismo tiempo que contribuye al cuidado y conservación del medio natural.

Tras la propuesta presentada por un miembro de la cámara, (montañero, escalador y habitual colaborador de la FEDME) y tras el proceso de incorporación de enmiendas y las distintas sensibilidades de los todos los agentes sociales y políticos involucrados se ha alcanzado una Ley de Regulación de Senderos en Andalucía que reconoce el valor de estos como espacios e instalaciones naturales de utilidad pública para la práctica del deporte, la actividad turística y la puesta en valor del patrimonio medioambiental que son compatibles con todos los usos tradicionales, tales como la agricultura, la ganadería y la actividad cinegética. Además pone su acento en la dinamización social y la diversificación económica en el medio rural, y en definitiva es una contribución determinante al desarrollo rural.

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