Nueva apertura en la pared sur del Chekigo (6.257m) para las alpinistas del Equipo Femenino de Alpinismo.
Fotos: Marc Subirana / Equipo Femenino Alpinismo
Del 31 de septiembre al 5 de noviembre ha tenido lugar la Expedición del Equipo Femenino de Alpinismo FEDME con el objetivo de escalar y abrir vías de nieve, hielo y mixto en montañas técnicas de más de 6.000m en el Valle del Rolwaling, Nepal.
Durante el pasado mes de octubre las alpinistas han podido poner a prueba todos sus conocimientos, habilidades, forma física y experiencia adquiridas en estos cuatro años que ha durado su pertenencia al Equipo Femenino de Alpinismo.
El valle de Rolwaling
En la última década, el valle de Rolwaling ha sido uno de los destinos más concurridos por alpinistas de todo el mundo para desarrollar su actividad. Es una pequeña sección del Himalaya, ubicada en el centro – este de Nepal, a lo largo de la frontera con Tíbet, situada al norte. Es el lugar del nacimiento de la Diosa madre: Tashi Lapcha.
La cantidad de picos de más de 6.000 metros con posibilidad de trazar nuevos itinerarios ha hecho que en los últimos años haya habido numerosas expediciones internacionales con ganas de hacer un alpinismo moderno, en el que la ligereza y el estilo priman por delante de cualquier cumbre.
La palabra Rolwaling proviene del idioma tibetano y significa “valle profundo” o valle estrecho, y está dedicado al santo budista Rimpoché. Entre los locales al valle de Rolwaling también se le conoce con el sobre nombre del municipio rural de Gaurishankar.
Aproximación y aclimatación
Después de su llegada a Kathmandu y de las correspondientes compras de gas, estacas, cordino y comida de altura, el Equipo Femenino de Alpinismo se puso en marcha sin demora hacia la pequeña localidad de Simigaun (1.996m), desde donde empezarían un treking de 3 días para llegar al pueblo de Nagaon (4.183m) donde establecerían su campo base en uno de los confortables albergues que allí se encuentran.
El proceso de aclimatación es una dura etapa implícita en cualquier expedición. Se trata de adaptar el organismo a las falta de presión atmosférica y por consiguiente a la imposibilidad de captar suficiente oxígeno del aire. Durante este período hay que beber mucha agua e ir subiendo progresivamente de cota, durmiendo alguna noche a más altura y bajando a descansar y a recuperarse en cotas más bajas.
Después de evaluar las recomendaciones de la Guía de Rolwaling, publicada en el Blog de Montaña de Barrabes y escrita por el Guía de Montaña UIAGM Jonathan Larrañaga, las alpinistas decidieron empezar por el Yalung Ri (5.650m) como primer objetivo de aclimatación, el cual ascendieron en tres jornadas.
También se aprovechó esta primera aclimatación para observar y fotografiar posibles objetivos de apertura en los valles circundantes. Después de un merecido descanso en Na, como segunda actividad de aclimatación se optó por una actividad más larga, de cuatro días, para subir al Pachermo (6.275m).
La aproximación resultó ser más pesada de lo previsto, a través de largas morrenas y terreno glaciar que ofrecían una progresión lenta e incómoda. El día de intento a cumbre se ascendió hasta una altura de 6.100m, muy buena cota para finalizar la aclimatación de todo el grupo.
Ataque a la cara Sur
A continuación se presentó un período de muy mal tiempo que se prolongó varios días y que obligó a las alpinistas a buscar refugio en el albergue de Nagaon mientras las paredes del valle se cubrían de casi un metro de nieve reciente.
Una vez pasado el período de mal tiempo, las alpinistas se centraron en el objetivo principal, las ascensión al Chekigo (6.257m) por su imponente cara sur. Tras dos días de porteos de material al pie de la pared y de establecer un campamento avanzado, las línias escogidas para subir al Chekigo fueron “Sopeti” 1.100m, MD+ abierta por Oriol Baró y Paula Alegre en 2014 y también una entrada directa a la vía “Mito Cha” 1.000m, MD que asciende al Chekigo Oeste (6.190m).
En ascensiones de este tipo, en estilo ligero y en una cara sur, es necesario empezar muy temprano para encontrar mejores condiciones de nieve dura e intentar terminar pronto para empezar los rápeles cuanto antes para llegar de nuevo a la tienda con frontales y completar una larga jornada de alpinismo que suele estar entorno a las 20 o 22 horas de actividad ininterrumpida.
En este caso, las dos cordadas de alpinistas no pudieron terminar la ascensión al Chekigo por sus respectivas vías debido al cansancio acumulado y a la cantidad de nieve reciente acumulada en altura, que hacía muy lenta y pesada su progresión.
El descenso es la parte más peligrosa de estas ascensiones ya que se realiza al terminar la actividad, cuando el cansancio es más acentuado, y porque es muy importante colocar bien todas las reuniones de rapel utilizando estacas de nieve, abalakovs, clavos, fisureros, puentes de roca, etc.
Nuevas metas
Los días siguientes los dedicaron a recuperarse en el pueblo de Nagaon y a acumular energía y motivación para lo que seria la última oportunidad de ascensión al Chekigo. Se planteó escalar por la cara oeste, una ascensión muy estética desde el pueblo de Beding, pero los fuertes vientos que estaban previstos, con rachas de hasta 90km/h, desaconsejaban totalmente cualquier intento por una cara oeste.
Finalmente se optó por intentar abrir una nueva ruta siguiendo un espolón del que nos había hablado Mikel Zabalza, en su primera parte rocoso y en su segunda mitad de nieve y hielo con algunos seracs en su parte superior.
De este modo el Equipo se volvió a dividir en dos cordadas y esta vez fueron Laia Duaigües junto con Nieves Gil y Marc Subirana quienes, tras 22h de actividad, dejaban abierto un nuevo itinerario (1.000m, MD) en la cara sur del Chekigo (6.257m) hasta la arista cimera, donde fueron rechazados por el fuerte viento y no pudieron alcanzar la cumbre.
Los demás miembros de la expedición Lucía Guichot, Amaia Agirre y Pablo Herraez (Guia UIAGM) realizaron una ruta de exploración más sencilla que ascendía a un collado entre Nepal y Tibet, en la zona de Langdung, fotografiando posibles ascensiones para un próximo viaje.
Objetivos del expedición
En resumen, esta ha sido una excelente expedición a Nepal para el Equipo Femenino de Alpinismo, con el añadido de una nueva apertura, que ha permitido a las integrantes del equipo poner a prueba sus límites físicos, técnicos y psíquicos y, además, enfrentarse a montañas altas por primera vez, así como aprender y experimentar toda la logística que conlleva una expedición de este tipo. Todo ello sin dejar de crecer como personas y como alpinistas.
Integrantes del Equipo Femenino 2018 – 2021
Marta Pérez Valenciana
Lucía Guichot Madrileña
Laia Duaigües Catalana
Marina Fernández Madrileña
Paola Cabistany Aragonesa
Nieves Gil Aragonesa
Director: Marc Subirana