Me llamo Lucía Guichot Martín, tengo 29 años y me dedico a trabajar de manera temporera en oficios en la montaña (profesora de esquí, accompagnatrice), lo cual me permite poder vivir en el lugar que quiero y cerca de los espacios naturales que me gustan. Aunque soy madrileña y de ciudad he crecido desde siempre en contacto con la montaña, algo de lo que me siento muy afortunada.
¿Cuál es tu patio de juegos habitual? ¿Donde acostumbras a entrenar o hacer más actividad?
Mi terreno de juegos ha ido cambiando a lo largo de los años y de mis desplazamientos de mujer nómada. Galayos como el patio del colegio, la Pedriza de parvulitos y en la adolescencia algunos garbeos por Levante donde vive mi abuela. Cuenca donde estudié un año, o incluso Kalimnos donde hice mi ERASMUS. Ya de más mayor me mudé a los Alpes franceses, donde en los últimos 7 años he podido descubrir otra dimensión de la montaña y del alpinismo y donde desarrollo mi profesión de guía de media montaña.
Lugar favorito para hacer alpinismo.
Mi lugar favorito… Es difícil de elegir. Quizás el macizo del Mont Blanc, porque ofrece un abanico enorme de posibilidades, en un entorno amable, accesible con una afluencia de escaladores y alpinistas bastante poco común en entornos de montaña. Es relativamente fácil encontrar otra gente motivada con quien encordarse.
¿Cuál es la actividad alpina de la que estés más orgulloso o más te haya marcado de las que has hecho con el equipo y porque?
¡Uh, tengo muchas! Una muy buena de la que me siento orgullosa fue aquel viaje a Ecrins donde fuimos a escalar en hielo en el Vallon du Diable. Nos dividimos todas en cordadas de dos y nos repartimos en las diferentes cascadas de hielo del valle. Marina y yo hicimos una vía muy chula, donde pudimos escalar al hielo y al sol. Fue muy divertido. A la bajada nos cruzamos con un guide francés con sus clientes y en esquís… Más adelante él tuvo ciertos problemas con el hielo, el camino y el nivel de sus clientes. Les prestamos nuestros crampones para que pudieran salir de allí. Al final nos encontramos en el único bar de Saint Christophe, en Oisans, y el guide nos invitó a cerveza a todo el Equipo. ¡Me siento orgullosa y bien recompensada!
Y otra actividad que me ha marcado fue la escalada de la vía Lurkin’ Fear, en El Capitán, con Marina también. Fue un ejemplo de motivación, compañerismo y amistad, llevábamos casi tres semanas sin parar de escalar y estábamos cansadas, pero se abrió la ventana de buen tiempo que nos permitiría llegar a la cima y no dudamos ni un momento. La vía tuvo algún que otro inconveniente, fuimos demasiado optimistas en la proyección de la vía y tuvimos que vivaquear abrazadas colgando de una reunión muy incómoda (poor bivy for 1). ¡Nos quedamos dormidas con el bocadillo en la boca! La vía la realizamos en 3 días, todo un éxito. Para mí fue un ejemplo de sintonía en una cordada, comunicación, persuasión, ánimos a la compañera cuando los necesitaba, seguridad, valor, aventura y muchas risas.
Pieza favorita de la equipación.
Mi pieza favorita de la equipación es la chaqueta polar rosa chicle de manga larga con capucha, creo que el modelo se llama Punjab. Es ideal para todo tipo de actividades. Yo la llevo siempre, ya sea para escalar en roca atada a la cintura, para esquí de través como capa intermedia o para actividades de hielo o nieve puesta desde primera hora. Es como una segunda piel. ¡Y la capucha tapa las orejas!
Eco consejo:
Creo que con lo que está pasando por el mundo hoy en día debemos de hacernos cada vez más responsables de nuestros actos, para evitar al máximo posible las restricciones impuestas.
Un uso responsable de nuestros desplazamientos, de la cantidad de CO2 que desprendemos a la hora de salir al monte me parece bastante básico. Compartamos vehículos, usemos blablacar, autoestop y también el transporte público en la medida de lo posible. Cada granito de arena cuenta. Y además hace los viajes más amenos.
#Somos parte del problema y parte de la solución
Lucía Guichot – Ecoembajadora del Proyecto Libera