“En la montaña cabemos todas las personas”
¿Quién es Christian Lauro Rodríguez Morales?
Soy guatemalteco, fui profesor de primaria y secundaria durante casi 20 años en mi país. Comencé a hacer montaña en un contexto de guerra, así que aprendimos de la manera más rudimentaria. Una vez terminada la guerra comencé a guiar al alumnado a diversos volcanes, incluidos los que estaban activos, como parte de los cursos de geografía y ciencias naturales. Con el tiempo también comencé a guiar algunos montañeros y amigos que buscaban explorar selvas y ascender montañas por todo Centroamérica. Y sí, entre estas personas las había con alguna discapacidad.
Migré a Europa en 2009, por el amor de una chica que conocí en una travesía a volcanes. Pronto me di cuenta de que no podría ejercer mi labor de profesor; por un lado el idioma no lo manejaba bien y por otro la gestión de homologación de estudios eran trámites muy burocráticos. Tuve que hacer una prueba de acceso por madurez para poder estudiar y me titulé como Técnico Deportivo Guía de Montaña un par de años más tarde. Solo así pude obtener un papel que dijera que era apto para hacer lo que venía haciendo durante 20 años.
¿Qué disciplina deportiva de montaña practicas y desde cuándo?
Practico montañismo desde que cumplí quince años. Aunque desde muy pequeño solía jugar en bosques y barrancos a escondidas de mi padre/madre. En mis vacaciones escolares ayudaba a mis primos a cargar leña, para cocinar, desde la montaña a la casa de mi abuela, creo que eso también cuenta como montañismo, al menos era un buen entrenamiento. Pronto me fui metiendo en el mundo del montañismo, alpinismo, escalada, un poco de espeleología, BTT y exploración en la selva.
Lugar preferido para practicar tu deporte.
Mi pasión siempre han sido los volcanes, sobre todo los activos. Para mí, cocinar en la lava ardiente, dormir escuchando explosiones o sentir como temblaba la tierra era algo muy normal. Pero cuando migré tuve que dejar todo aquello. Así que, me gustan las montañas poco frecuentadas, mientras menos populares mejor y me encanta perderme en ellas, a propósito.
¿Qué te ha llevado a desempeñar tu puesto de responsabilidad como Vocal de Montañismo Inclusivo y Adaptado en tu federación autonómica?
Ayudé a fundar un club de montaña abierto a todas las personas, sobre todo a las que pertenecen a colectivos que no suelen vincularse a la montaña: discapacidad, población inmigrante, personas sin hogar… busqué apoyo en las Federaciones de Montaña Vizcaína y Vasca y me brindaron apoyo desde el primer momento. A través de mis proyectos sociales creo que me gané la confianza de la Junta Directiva de la Federación Vasca. No tardaron en hacerme la invitación y aquí estoy.
¿Cuáles son las dificultades a las que te enfrentas a diario a la hora de desempeñar tu función?
Podría decir que el tema de los presupuestos, porque hay poco asignado a este tema y las herramientas son muy costosas. Sin embargo, lo más difícil quizá sea hacerles ver a los clubes de montaña que pueden ser inclusivos en sus actividades regulares. De momento están dispuestos a participar pero solo en eventos puntuales, y es que todavía hay muchos prejuicios y ciertos miedos, por lo que son bastante reacios a incluir estos temas en sus clubes.
¿Qué le dirías a otras personas del mundo de la montaña para que en un futuro puedan asumir un cargo de responsabilidad como el tuyo?
Tener la mente abierta, pero no pecar de sentirnos salvadores del mundo, todo tiene sus límites. La mejor inclusión es la que se realiza en las montañas más próximas a nuestro entorno y con las personas más cercanas. No hace falta ir al fin del mundo para demostrar nada a nadie. Creo que muchos confunden la inclusión con montar circos donde todo es forzado, aunque es obvio que eso les da más visibilidad en los medios de comunicación porque es fácil caer en amarillismos y eso vende, pero se aleja del sentido de la inclusión.
Cuéntanos un momento o anécdota especial en la montaña o practicando tu deporte.
Uff, tengo muchas, desde ser secuestrado por paramilitares en una montaña, pisar una cumbre virgen y hasta estar en el cráter de un volcán cuando entró en erupción.
Pero, contaré una reciente, una expedición adaptada con tres personas con discapacidad a dos seis miles bastante desconocidos en los Andes de Argentina. Totalmente auto gestionada, dos asociaciones, una vasca y la otra argentina, nos planteamos ascender el Volcán Kaklan y el Cerro Laguna Blanca, dos seis miles que tenían menos de 15 ascensos en toda su historia. Estábamos en una zona muy aislada, la última expedición que había pisado la cumbre lo había hecho 30 años antes que nosotros. Llevábamos casi tres semanas sin ver rastro de personas, no había nadie en cientos de kilómetros y nos encontrábamos sobre la caldera activa de uno de los volcanes más grandes del mundo, viendo una laguna tóxica de arsénico de casi 15 kilómetros de diámetro y ríos de agua ardiente que serpenteaban por el hielo. Me gusta dar muchos detalles a las personas ciegas de las formas, de las texturas, de las distancias pero cuando llegamos a una de estas cumbres me quedé callado… me preguntaron qué estábamos viendo y no supe responder. ¿Cómo explicar todo aquello? El lugar nos superaba, era tan vasto que escapaba a nuestra lógica. Comenzamos a tener sentimientos encontrados, por un lado nos sentíamos especiales de estar allí, pero por otro nos sentíamos demasiado vulnerables. Fue la única vez que usamos el silencio para explicarlo todo.
¿Qué sueño o deseo quieres cumplir en el futuro como vocal o responsable?
Me gustaría ver a más clubes con iniciativas inclusivas, accesibles a todas las personas, pero falta mucho por hacer. Una de mis intenciones, que ya estamos trabajando poco a poco en ello, es incluir a personas con discapacidad que viven en condición de calle o son inmigrantes en situación irregular, colectivos bastante invisibilizados, pero que tiene todo el derecho de participar en estas actividades.
¿Tienes un lema o frase que te mueva en la vida?
En el Popol Wuj, libro sagrado de la cultura maya, de la cual tengo raíces, dice así: «Cuando tengas que elegir entre dos caminos, pregúntate cuál de ellos tiene corazón. Quien elige el camino del corazón, no se equivoca nunca».
Christian Lauro Rodríguez Morales
Responsable de área de inclusión de la Federación Vasca de Montaña.