Hemos conocido algunas de las vivencias de Manuel Calderón Hidalgo en este ambicioso proyecto a su llegada a Candanchú. Ya lleva recorrido aproximadamente la mitad de los 5.000 kilómetros que componen esta iniciativa. Destaca que lo que más le está sorprendiendo es la gente buena que se está encontrando.

Con este artículo comenzamos una serie de divulgación de experiencias relacionadas con el senderismo en nuestro país.

Manuel nació en Villanueva de la Serena (Badajoz) hace casi sesenta años. Ya desde joven se fue reinventando en lo que denomina proyectos. Desde actor a interiorista ha ido desarrollando diversas actividades profesionales.

Como a muchas personas la pandemia de 2020 le ha hecho replantearse aspectos vitales de su forma de vivir.

Hace aproximadamente un año y medio gesta el proyecto de dar la vuelta a España caminando. Ambicioso proyecto que le produce las dudas de saber si será capaz de realizarlo.

Manuel no es una persona que desconozca la montaña o las travesías de varios días por lugares como el Pirineo, Andalucía o las Islas Canarias. Con su bagaje anterior comienza la planificación de su proyecto. Así denomina él a esta aventura.

Por fin un cuatro de mayo de 2022 este pacense sale de su casa de Magacela rumbo a las tierras del norte y caminando por el Camino Mozárabe y la Ruta de la Plata va surcando las provincias paso a paso en etapas de unos veinticinco kilómetros.

Le sorprenden paisajes para él desconocidos. En junio camina por la Sierra de las Culebras seis días antes del incendio que la dejó desolada y maltrecha.

Continúa y llega a Santiago de Compostela y Finisterre. Allí toma la decisión de hacer parte del Camino de los Faros antes de emprender su camino hacia tierras asturianas, cántabras y vascas.

Empieza a entender que no va ligero de equipaje y va tomando decisiones quedándose poco a poco con lo imprescindible. 

En Irún enlaza con el GR 11 y comienza la travesía hacia el este. Siente como va tomando altura este increíble recorrido paulatinamente a la vez que la vegetación va quedando más abajo y los prados comienzan a ceder a los roquedos en el límite de Navarra con Huesca.

Ahora se enfrenta al Pirineo Central. Atrás quedan las vicisitudes de las ampollas en los pies, la tormenta en Ochagavía tras un día espléndido, o las jornadas de las olas de calor que se están viviendo este verano.

Aún le queda llegar a Andorra donde tomará el GR 7 y lo seguirá hasta Tarifa para posteriormente seguir la Vía Augusta y la Vía de la Plata hasta Mérida y desde allí a casa.

Ha quitado todas las APP de noticias de su teléfono y pregunta de pasada por algunas cosas como en qué ola de la pandemia nos encontramos.

Aunque es temprano, empieza a creerse que tiene posibilidades de culminar con éxito este proyecto. Sabe que no está exento de posibles enfermedades y su cuerpo ya ha sufrido el desgaste de perder más de siete kilos.

Si hay algo que le está sorprendiendo de esta aventura es la gente. La gente positiva que se encuentra a su paso. Con la que comparte tramos del camino o la que le anima por las redes sociales.

Hemos tenido la suerte de conocerlo en el descenso a Candanchú y compartir varias horas de charla con él. Desde aquí, esta persona federada FEDME por la federación Extremeña, lleva en su mochila el banderín del centenario de la FEDME. Creemos que es un buen embajador de este evento.

Los medios de comunicación se están haciendo eco de esta preciosa iniciativa. Es posible que no sea la primera persona que la emprende. Sabemos que muchas de las personas que practican nuestros deportes de montaña no suelen contarlo y se lo quedan para sí mismos o para sus entornos próximos.

Si todavía no sabes cómo seguir la evolución de este proyecto puedes hacerlo en:

facebook @manuelcalderonhidalgo

Instagram @caminodearborea 

Wikiloc https://es.wikiloc.com/wikiloc/user.do?id=1897409

www.manuelcalderon.es

Os dejamos este texto suyo de facebook:

“GR 11 

Isaba, Navarra 

Soy más veloz que un caballo. Bueno, 

excepto cuando éste se pone al trote. Entonces, siempre es el ganador. En los Pirineos navarros, los caballos pacen en los prados. Los hay de muy distintas razas y tamaños. Viven en libertad. Algunos llevan un campano colgado al cuello, lo cual, me hace pensar que son caballos domesticados, con dueño. Imagino que los sueltan para que coman libres y al tiempo, mantengan limpios los montes. También pienso en el castigo que supone, al menos desde mi punto de vista, pacer la vida con el sonido incansable del campano al cuello. Aunque, después de tanto tiempo con él colgado, piense el animal, que son los latidos de su propio corazón.

Hoy he elegido descansar y reponer fuerzas y baterías. En Navarra, en el albergue Oxanea, de Isaba, pasaré dos noches al resguardo de las lluvias. Mañana cambia el tiempo y con ello, lo hará mi ánimo. Soy de Extremadura. Con más de 3 días de cielo gris, mis niveles de serotonina caen en picado. Me vuelvo melancólico y el riesgo de perderme en los recuerdos, me puede producir una indigestión. Así que estoy deseando coger mi mochila y volver al camino. A la vida. 

He dejado de seguir los tracks de las etapas en aplicaciones de Internet. Ahora me guio por las marcas de color rojo y blanco que señalan el camino. Estas marcas indican  caminos de gran recorrido, de ahí, que se llamen GR. Estos caminos son patrimonio de todos y, como tal, hay que cuidarlos, pues, a lo largo de la historia, los caminos han sido el nexo de unión entre los pueblos, propiciado el comercio y difundido la cultura. 

Mañana comenzaré temprano. Buscaré en rocas y árboles, las marcas de color rojo y blanco. Dejaré Navarra y entraré en Aragón. 

Y en directo, será divulgado.

Muchas gracias por estar ahí. 

Hasta mañana.”

Agregue Su Comentario